El estilo de liderazgo utilizado en la guía y en el cuidado es conocido como “gestión por excepción”, modalidad de liderazgo en la que el coach interviene sólo cuando surgen problemas, o bien cuando su cliente necesita algo específico. Mientras que el cliente vaya “progresando” y las cosas vayan avanzando en buena dirección, el guía o cuidador no trata de cambiar nada. Sólo interviene si ve que su cliente necesita algo o comienza a perder el hilo, en cuyo caso le proporciona apoyo en forma de alguna clase de ajuste del entorno a alguna información.
Como estilo de liderazgo, la gestión por excepción tiene el efecto de transferir el liderazgo a los demás. Guiar a las personas y cuidar de ellas les confiere mucha libertad para actuar según su propio criterio, dentro de un contexto de relativa seguridad. Después de todo, el guía o cuidador siempre está al alcance de la mano para ayudar o solucionar los problemas si se presenta una crisis o alguna otra dificultad, como en el caso del directos de un seminario que supervisa a sus alumnos durante un ejercicio, o los padres que controlen la forma de jugar de su hijo.
Psicogeografía
El término psicogeografía se refiere a que la relación geográfica entre los miembros de un grupo ejerce una importante influencia no verbal, tanto sobre el proceso del grupo como sobre las relaciones entre sus miembros. Las relaciones espaciales y la orientación entre las personas ejercen una influencia, tanto física como simbólica sobre sus interacciones.
Por ejemplo, si se encuentra con su coachee, permanezca ligeramente detrás y a un lado del él, de esta manera asumirá el papel de apoyo, coach o mentor de la otra persona.
Es importante que los coaches tengan presente el impacto de su propia relación física con sus clientes, así como que les ayuden a darse cuenta del modo en que estas relaciones físicas afectan también a sus interacciones con los demás.