Gabriela Vaca, integra el equipo de Opimmus, consultora ecuatoriana, es experta en intervenciones de desarrollo organizacional y desarrollo de talento humano, cuenta con 15 años de experiencia en procesos relacionados con la gestión y desarrollo del talento humano. Coach en Programación Neurolingüística, Maestría en Desarrollo de Talento Humano de la Universidad de Clemson de Carolina del Sur, Estados Unidos. A continuación, compartimos parte de su colaboración a la Revista Digita Icimag, donde se refiere a la diversidad desde la perspectiva del Coaching,
Coaching y Diversidad
Como coach apreciar diversidad es un elemento importantísimo para ayudar a los coachees y organizaciones a alcanzar sus metas. Entender que las personas somos distintas y que apreciar esas diferencias con conocimiento previo hace que los procesos de coaching sean aún más efectivos, genuinos y beneficiosos.
¿Cómo apreciamos la diversidad? Lo hacemos viviendo el día a día genuinamente desde el punto de vista del respeto a la cultura y personalidad. “La cultura” se refiere a un grupo o comunidad en la cual se comparten experiencias comunes que dan forma a la manera en que los miembros comprenden el mundo. Esto incluye los grupos en los que nacimos, tales como raza, nacionalidad, género, clase social, idiosincrasia o religión. También incluye a un grupo al que nos integramos o del que formamos parte. Por ejemplo, es posible adquirir una nueva cultura al mudarse a un nuevo país o región, al tener un nuevo status económico o si te conviertes en discapacitado. Cuando pensamos en cultura de esta manera, nos damos cuenta de que todos pertenecemos a muchas culturas al mismo tiempo.
La combinación de personalidad y cultura, nos hace seres integrales y distintos de otros, no hay nadie igual a uno mismo. Como coaches, no podemos pretender que la cultura y diferencias de personalidad no importen. En cuanto se refiere a apreciar diversidad, no podemos pasar por alto las diferencias, deseando que las personas alcancen sus metas como nosotros lo haríamos. Es nuestra responsabilidad como coaches ser aliados de la diversidad cultural, de personalidad y de cualquier otra forma de discriminación, fomentando así, el crear organizaciones en las cuales los grupos diversos puedan trabajar juntos y construir comunidades fuertes fomentadas en el respeto a la individualidad.
Es crucial recordar siempre como coach que todas las personas tienen sus puntos de vista que juegan un papel importante en lo que les define como personas. Nosotros, coaches, no tenemos que ser expertos construyendo relaciones con personas distintas a nosotras, y no tenemos que tener un título de manejo de diferencias, y tampoco debemos ser trabajadores sociales para aprender a apreciar y respetar la diversidad tanto de personalidad como cultural.
La invitación a los coaches practicantes es a respetar, valorar y celebrar la diversidad de manera práctica y genuina en el día a día para el retorno no solo durante los procesos. De esa manera contribuiremos a que cada grupo cultural y de personalidad contribuya con sus fortalezas y perspectivas en donde las comunidades valoren y se beneficien.